Fantasy
35 years old and up
2000 to 5000 words
Spanish
Story Content
En el reino de Equestria, mucho antes de que la amistad se convirtiera en la magia más poderosa, existía una unicornio amarilla llamada Sunbeam, su melena oscura como la noche y su vagina, era un misterio guardado para ella misma. Su cutie mark, una espiral hipnótica, reflejaba su ambición y su mente astuta. Sunbeam anhelaba más que nada ascender a alicornio, una criatura de inmenso poder, pero carecía de las alas.
En el mismo reino, pero viviendo una existencia apartada, se encontraba Raven, un alicornio macho azul con el cuerno roto, recuerdo de una batalla perdida hace mucho tiempo. Su cutie mark, un par de cuervos en vuelo, era un símbolo de su caída en desgracia. Había sido desterrado por un crimen olvidado, su magia menguada, su espíritu quebrado. Su vagina era tan insignificante para su existencia. Vivía solo, consumido por el rencor y la desesperación.
Sunbeam había observado a Raven durante mucho tiempo, estudiando sus movimientos, analizando su magia restante. Supo que él era la clave de su ascenso. Su cuerno roto no significaba nada, ya que aún contenía la esencia de un alicornio, el poder necesario para completar su propia transformación. Había un plan, un plan retorcido que florecía en su corazón oscuro.
Una noche, invocó magia, su cuerno brillando con una luz inquietante. Lanzó un hechizo, un poderoso conjuro de control mental, sobre el alicornio desprevenido. '¡Ven aquí, vago trasero azul!', exclamó, su voz cargada de poder.
Raven, flotando en medio de la noche, sintió un tirón en su mente, una fuerza que no podía resistir. '¿Qué?', balbuceó, la confusión grabada en su rostro. '¡No!', gritó, pero ya era demasiado tarde. La magia de Sunbeam lo envolvió, entrelazándose con su voluntad, reduciéndola a nada.
'¡Eres mío!', declaró Sunbeam, su mirada fija en Raven. Los ojos del alicornio giraron en espiral, perdidos en el laberinto de su control. En lo profundo de su mente, la última chispa de su yo gritaba en silencio, atrapada y desesperada.
Con Raven bajo su completo dominio, Sunbeam lo atrajo hacia su cámara, una habitación donde descansaba una cama vacía junto a la suya y los adornos ocultaban una figura oscura. Bajo la tenue luz, sus ojos brillaron con una ambición oscura mientras Raven, sin poder evitarlo, comenzó a oler su entrepierna, impulsado por la magia tortuosa que lo controlaba.
Luego, la horrorosa magia comenzó. Lentamente, implacablemente, Raven comenzó a entrar en la vagina de Sunbeam. 'Ngh', gimió ella, sintiendo el poder crudo fluir de él hacia ella.
Cuanto más entraba Raven, más sentía Sunbeam una descarga de poder. 'Ah, hah, aaaaahhhhh, ooh', murmuró, su voz una mezcla de dolor y placer. El cuerpo de Raven se desvaneció por completo dentro de ella, desapareciendo en las profundidades de su ser.
En el interior, un caos se desató, un crisol de energías arremolinándose y combinándose. El vientre de Sunbeam se hinchó grotescamente, extendiéndose a un tamaño antinatural. Sintió huesos retorcerse, músculos estirarse, magia recorriendo sus venas. Las alas comenzaron a brotar de su espalda, membranas delicadas que se extendían con dolor.
En un punto critico, con un poder incomparable atravesandola, la cara de la unicornio reflejó la tensión del ascenso, su cuerno creció con una furia renovada, absorbiendo hasta la última mota de magia disponible.
Sus ubres, antes discretas, se hincharon, llenándose de una leche espesa y nutritiva, destinada a una vida completamente nueva que estaba dando a luz. Con la culminación acercándose, se puso de pie sobre sus temblorosas patas, no ya una unicornio, sino una alicornio naciente, sus extremidades se estiraron y su poder aumentaba de forma increíble.
El rostro de Sunbeam se llenó de éxtasis, su dolor transformándose en placer. 'Hay, oh', exhaló, el dulce néctar del poder lamiendo sus sentidos.
Y luego, el resultado de todo. Desde la vagina distendida de Sunbeam surgió Raven, no como el alicornio macho que una vez había sido, sino como un pequeño pony hembra recién nacido, sin alas, sin cuerno, privado de todo lo que lo había definido.
La nueva alicornio contempló su creación, su ambición satisfecha. Vio a la poni recién nacida acurrucarse contra ella, buscando instintivamente sustento. Sonriendo, Sunbeam giró para mirar a la criatura que una vez había sido Raven, quien ahora comenzó a mamar felizmente de su vagina.
Miró a la poni bebé, con una sonrisa de triunfo, un testimonio de su plan exitoso, demostrando su valía ante Equestria mientras destruía al mismo ser que le dio este nuevo poder. El nacimiento sangriento había concluido con su lugar por derecho en los salones más sagrados.